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lunes, 29 de diciembre de 2014

UN AMOR FIERO Y EXOTICO/ cap2



Capitulo 2: Tablero


Hitsuro los había guiado a una habitación,
donde el suelo estaba enmoquetado, y sus almohadillas podían
apreciar su suavidad.

Hitsuro: Aquí solemos estar reunidos, sobre todo
en la frías noches.

Yuna: Se siente muy confortable.

Hitsuro sonrió al ver el agrado de los leones
oscuros.

Hitsuro: Supuse que vuestras patas estarían
quemadas por la arena caliente del desierto.

Zeev: Te lo agradezco.

El águila fue aterrizar suavemente, pero debido
al despiste de Naru, este perdió el equilibrio, y bajo rodando por
su espalda, dando numerosas volteretas, hasta chocar con Yuna.

Yuna: ¿Estas bien Naru?

Dijo con una voz muy tierna mientras lo lamió en
la mejilla en forma de un dulce beso. El pequeño ante tal muestra
tan agradable de cariño sonrió muy feliz.

Naru: ¡Kyuuu!

Hitsuro estaba encantado que hubiera más leonas
en la manada que pudieran mimar a naruto, y criarlo con el amor de
una madre, y aquel cachorro con el que podría jugar. Observó que
Zeev también miraba esto con buenos ojos, y sus dudas se disiparon.
Llamó a su general Reny, y le dijo algo en el oído, este al recibir
las ordenes de su señor se marchó.

Sasuke, sin él mismo darse cuenta seguía con
los ojos los movimientos de Naru, y cuando no lo observaba, sus
orejas estaban pendientes de cada sonido que emitía. 
Otro águila llegó a la habitación, y se quedo
parada en la puerta mirando a su señor.

Hitsuro: Zeev, no estaba muy seguro de hacer
esto, pues os acabamos de conocer, pero algo me dice que no haréis
daño a mi familia.

Hitsuro miró hacia el águila de la puerta.

Hitsuro: Taka, dejalas entrar.

El águila se echo a un lado, por la puerta
entro una pequeña cachorrilla corriendo, detrás de ella una leona,
con otra pequeña cachorrilla entre sus piernas.

Hitsuro: Ella es Nyoko la hermana de mi esposa,
y mis dos sobrinas Natsumi y Miu.

Cuando Naru vio a sus primas fue corriendo hacia
ellas, Miu hizo igual y corrió hacia él activa, hasta que los dos
chocaron estrepitosamente, y comenzaron a jugar.

Zeev: Tienes suerte Hitsuro, tu manada esta
llena de niños y es muy activa.

Hitsuro: Gracias, aunque tu también tienes un
gran muchacho, no te puedes quejar. Por cierto quiero presentarte a
los altos cargos de mi manada.

Zeev: Yo haré lo mismo y así estará todo dicho.

Los generales de ambos mandos hicieron una fila
uno al lado del otro.

Hitsuro: Él es mi mano derecha, el general
Tomeo, siempre piensa con la cabeza en frió. Mi mano izquierda, el
general Reny, muy apasionado. La única general y gran capataz, Kiwa,
es la más eficaz en el combate. 

Zeev: Tienes gente muy útil bajo tu mandato.

Hitsuro: Así es, estoy orgulloso de ello. Esta
es Killa, nuestra sabia, pero no vieja leona.

Zeev soltó una risa, pues era verdad que
normalmente los sabios y consejeros eran gente anciana.

Hitsuro: Por último tenemos a nuestra guardia
real alada, Tsubasa y Taka, aunque son los mejores que localizan a
los cachorros cuando se pierden.

Zeev: Jeje, siento que sería algo complicado
luchar contigo en una guerra.

Zeev fue a presentar a sus generales al otro
lado, aquello parecía un tablero de ajedrez, por un lado las fichas
oscuras y por otro las claras.

Zeev: Ellos son mis manos derecha, los gemelos
Sho y Shun, serios y la mejor combinación del mundo. Luego la
general Nishi, es realmente lista, no se le escapa ni una creeme.

Hitsuro: Y ese joven de ahí.

Zeev: El es Mineko, es muy fuerte, pero aun es
solo un adolescente y tiene mucho que aprender.

Hitsuro: Ya veo.

Toda la tensión que al principio había en el
ambiente entre ambos mandos, se disipaba facilmente con las horas.
Ambos lideres hablaban amenamente, y los demás leones poco a poco se
acercaban al otro grupo. Naru jugaba amenamente con su prima Miu, ya
que Natsumi aun seguía algo reacia a separarse de su madre con
tantos desconocidos a su alrededor. 

Los dos no paraban de correr muy rápido por
todo el lugar, hasta que Naru fue golpeado, y salió un quejido de su
boca. Sasuke que estaba tumbado tranquilamente, volteó y corrió
donde estaba Naru. Vio que delante de él estaba Mineko, y comenzó
a gruñirle.

Sasuke: Grrr, que le has hecho imbécil.

Mineko: Calmate mocoso, sin querer me tropecé
con él y debí darle.

Sasuke: Grrr, no te vuelvas a acercar a él.

Sasuke cogió a Naru por la nuca con su boca,
como suelen llevar a los cachorros, y lo alejó de allí. Al
principio todos se percataron del quejidito de dolor de Naru, pero no
armaron ningún conflicto al ver que era un accidente y que no pasaba
nada grave, aun así se sorprendieron bastante al ver la actuación
de Sasuke.

El cachorro negro se tumbó y vio, entre sus
patas delanteras, como aquel pequeño  bebe no tenía ninguna herida
grave, pero aun así se percato que este sentía dolor.

Sasuke: “Mierda, ¿que hago? Si ese imbécil de
Mineko no le hubiera golpeado, siempre anda molestandome” 

Sasuke no sabía que hacer para consolar a Naru
y alivianar un poco su dolor, así que lo apretó un poco contra su
pecho con una de sus patas. El pequeño Naru sentía el confortable
calor que aquel león negro le proporcionaba, y empezó a ronronear,
acariciando su cabeza con el azabache pelaje. Sasuke sintió algo de
confor y vergüenza al oír el ronroneo de aquella pequeña bolita
amarilla, pero su cara seguía seria como si nada de aquello le
importase lo más mínimo.


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