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martes, 30 de diciembre de 2014

UN AMOR FIERO Y EXOTICO/ cap3


Capitulo 3: Lo busrlesco de la soledad.
 
 
Al final al pequeño Naru le dejo de doler aquel
golpe, y su energía volvió a la carga. Solo quería jugar y que
Sasuke fuera participe de ello, cosa que él no estaba por la labor.
Naru se subía a su lomo, saltaba, y era un gran incordio.

Sasuke: Grrr, ¡estate quieto de una vez!

Le gruño ya arto, pero Naru no hizo ningún
caso.

Naru: Kyuuu.

Sasuke empezó a mover la cola, para que al
menos estuviera algo entretenido, y no saltara más encima de él,
que a pesar de ser pequeño, no significa que no pese. Naru miraba
entretenido como la cola de Sasuke se movía de un lado a otro, y sus
patitas de vez en cuando le daban para intentar cogerla.

La noche fue callendo de manera atenuada, y con
ella la temperatura, cada vez hacia más y más frío y desaparecería
aquel calor abrasador hasta el día de mañana.

Yuna: Sasuke, es hora de acostarse.

Sasuke: Voy mama.

Sasuke volvió a coger al pequeño Naru de la
nuca con su boca, y lo llevó hasta su padre Hitsuro.

Hitsuro: Gracias Sasuke, venga Naru es hora de
dormir.
 
Dijo con voz grave y suave. Sasuke fue al lado
de sus padres, y se acurruco junto a su mama, pero Naru estaba
triste, el quería dormir al lado de Sasuke, como cuando antes fue
acurrucado en su pecho. Intento ir hacia allí, pero su padre se lo
impidió con una de sus patas, malinterpretandolo.

Hitsuro: Es hora de dormir mi pequeño Naru, ya
mañana jugaras con Sasuke. “Parece que se a apegado mucho a él”

Naru intento varias veces escabullirse sin
éxito, hasta que el cansancio lo derrumbó y se quedo dormido entre
los brazos de su padre.

Pasaron los días, y el pequeño y lindo Naru no
paraba de perseguir a Sasuke fuera a donde fuese, no se separaba de
él ni por un instante. Sasuke a pesar de gruñirle varias veces cada
vez que lo seguía, cuidaba sus pasos, para que el pequeño no
tropezara y estaba pendiente de él.

Ambos grupos congeniaron, y lo único que los
empezó a diferenciar fue el color de la piel (seguían pareciendo un
tablero de ajedrez). 

Pero no todo era bueno. Naru dejo de ser un
bebe, y se convirtió en un cachorro, al igual que sus primas Natsumi
y Miu. Antes Naru estaba siempre con ellas dos, sobre todo con Miu,
que era muy activa, y jugaban mucho juntos, pero ahora...

Miu estaba en una de las ventanas observando a
su primo Naru y a Sasuke.

Miu: No es justo Natsumi, Sasuke nos a robado a
Naru.

Dijo enfadada y con voz caprichosa.

Natsumi: No nos lo ha robado, pero echo de menos
a Naru, todo era muy divertido cuando estábamos con él.

Su voz era delicada y frágil, como un fino hilo,
en el que la nostalgia y un deje de tristeza estaban presentes. Al
oír la voz de su hermana, a Miu le partió el corazón e intento
animarla.

Miu:¡He Natsumi! ¿Por qué no intentamos sacar
un poco de quicio a Sasuke? Es lo más fácil del mundo.

Natsumi: No se si sería adecuado.

Miu: Venga, no pasara nada, Sasuke se pone de
los nervios con cualquier cosa jeje.

Natsumi: Jeje, en eso llevas razón.

Miu: Lo ves, Naruto le saca de quicio
constantemente, por que nosotras nos burlemos un poquitin no pasara
nada.

Natsumi: Pero no hay que pasarse.

Miu: Si, si, venga vamos.

Por otro lado...

Naruto: Ne, Sasuke.

Sasuke: Mmmm.

Naruto: ¿Qué crees que haya más haya de este
castillo?

Sasuke: No hay nada especial ni extraordinario
si es lo que tu cabecita esta pensando, solo hay arena.

Naruto: ¿Como puedes saber eso? Tu nunca has
salido.

Propuso algo enfadado por las burlas del
pelinegro, el cual rió.

Sasuke: Naru, ¿Por que en la manada hay leones
de diferentes colores?

Naruto: Pues por que es así. ¿Qué otra razón
puede haber?

Sasuke reía ante la inocencia de Naruto, pues él
todavía era un bebe cuando todo paso, y todo se le hace normal.

Sasuke: Yo y todos los demás leones negros nos
acoplamos a vuestra manada, y vinimos del desierto. No lo recuerdas
¿verdad?

Naruto: ¿¡Entonces vienes del desierto!?

Sasuke: Tu no te acuerdas por que solo eras un
bebecito.

Naruto: Cl-claro que lo recuerdo, lo recuerdo
todo a la perfección.

Sasuke se reía de él.

Sasuke: Entonces el bebe recordara facilmente
que paso ese día.

Naruto: A-así es.

Sasuke: Pues dímelo.

Naruto: “Mierda, no recuerdo nada, ¿por qué
tube que cabar mi propia tumba?” Pues... “Recuerda, recuerda,
recuerda” Mmmm, ese día..., jugué mucho.

Sasuke: Oh, ¿y que más?

Miu: Hola chicos.

Natsumi: Hola.

Naruto: “Me salvasteis primitas” Hola, jeje.

Sasuke: “Como se nota que le salvaron el
pescuezo, pero no hace falta que este tan alegre”

Miu: Oye Sasuke.

Se acerco a él risueña.

Miu: ¿No es hora de que busques novia? 


lunes, 29 de diciembre de 2014

UN AMOR FIERO Y EXOTICO/ cap2



Capitulo 2: Tablero


Hitsuro los había guiado a una habitación,
donde el suelo estaba enmoquetado, y sus almohadillas podían
apreciar su suavidad.

Hitsuro: Aquí solemos estar reunidos, sobre todo
en la frías noches.

Yuna: Se siente muy confortable.

Hitsuro sonrió al ver el agrado de los leones
oscuros.

Hitsuro: Supuse que vuestras patas estarían
quemadas por la arena caliente del desierto.

Zeev: Te lo agradezco.

El águila fue aterrizar suavemente, pero debido
al despiste de Naru, este perdió el equilibrio, y bajo rodando por
su espalda, dando numerosas volteretas, hasta chocar con Yuna.

Yuna: ¿Estas bien Naru?

Dijo con una voz muy tierna mientras lo lamió en
la mejilla en forma de un dulce beso. El pequeño ante tal muestra
tan agradable de cariño sonrió muy feliz.

Naru: ¡Kyuuu!

Hitsuro estaba encantado que hubiera más leonas
en la manada que pudieran mimar a naruto, y criarlo con el amor de
una madre, y aquel cachorro con el que podría jugar. Observó que
Zeev también miraba esto con buenos ojos, y sus dudas se disiparon.
Llamó a su general Reny, y le dijo algo en el oído, este al recibir
las ordenes de su señor se marchó.

Sasuke, sin él mismo darse cuenta seguía con
los ojos los movimientos de Naru, y cuando no lo observaba, sus
orejas estaban pendientes de cada sonido que emitía. 
Otro águila llegó a la habitación, y se quedo
parada en la puerta mirando a su señor.

Hitsuro: Zeev, no estaba muy seguro de hacer
esto, pues os acabamos de conocer, pero algo me dice que no haréis
daño a mi familia.

Hitsuro miró hacia el águila de la puerta.

Hitsuro: Taka, dejalas entrar.

El águila se echo a un lado, por la puerta
entro una pequeña cachorrilla corriendo, detrás de ella una leona,
con otra pequeña cachorrilla entre sus piernas.

Hitsuro: Ella es Nyoko la hermana de mi esposa,
y mis dos sobrinas Natsumi y Miu.

Cuando Naru vio a sus primas fue corriendo hacia
ellas, Miu hizo igual y corrió hacia él activa, hasta que los dos
chocaron estrepitosamente, y comenzaron a jugar.

Zeev: Tienes suerte Hitsuro, tu manada esta
llena de niños y es muy activa.

Hitsuro: Gracias, aunque tu también tienes un
gran muchacho, no te puedes quejar. Por cierto quiero presentarte a
los altos cargos de mi manada.

Zeev: Yo haré lo mismo y así estará todo dicho.

Los generales de ambos mandos hicieron una fila
uno al lado del otro.

Hitsuro: Él es mi mano derecha, el general
Tomeo, siempre piensa con la cabeza en frió. Mi mano izquierda, el
general Reny, muy apasionado. La única general y gran capataz, Kiwa,
es la más eficaz en el combate. 

Zeev: Tienes gente muy útil bajo tu mandato.

Hitsuro: Así es, estoy orgulloso de ello. Esta
es Killa, nuestra sabia, pero no vieja leona.

Zeev soltó una risa, pues era verdad que
normalmente los sabios y consejeros eran gente anciana.

Hitsuro: Por último tenemos a nuestra guardia
real alada, Tsubasa y Taka, aunque son los mejores que localizan a
los cachorros cuando se pierden.

Zeev: Jeje, siento que sería algo complicado
luchar contigo en una guerra.

Zeev fue a presentar a sus generales al otro
lado, aquello parecía un tablero de ajedrez, por un lado las fichas
oscuras y por otro las claras.

Zeev: Ellos son mis manos derecha, los gemelos
Sho y Shun, serios y la mejor combinación del mundo. Luego la
general Nishi, es realmente lista, no se le escapa ni una creeme.

Hitsuro: Y ese joven de ahí.

Zeev: El es Mineko, es muy fuerte, pero aun es
solo un adolescente y tiene mucho que aprender.

Hitsuro: Ya veo.

Toda la tensión que al principio había en el
ambiente entre ambos mandos, se disipaba facilmente con las horas.
Ambos lideres hablaban amenamente, y los demás leones poco a poco se
acercaban al otro grupo. Naru jugaba amenamente con su prima Miu, ya
que Natsumi aun seguía algo reacia a separarse de su madre con
tantos desconocidos a su alrededor. 

Los dos no paraban de correr muy rápido por
todo el lugar, hasta que Naru fue golpeado, y salió un quejido de su
boca. Sasuke que estaba tumbado tranquilamente, volteó y corrió
donde estaba Naru. Vio que delante de él estaba Mineko, y comenzó
a gruñirle.

Sasuke: Grrr, que le has hecho imbécil.

Mineko: Calmate mocoso, sin querer me tropecé
con él y debí darle.

Sasuke: Grrr, no te vuelvas a acercar a él.

Sasuke cogió a Naru por la nuca con su boca,
como suelen llevar a los cachorros, y lo alejó de allí. Al
principio todos se percataron del quejidito de dolor de Naru, pero no
armaron ningún conflicto al ver que era un accidente y que no pasaba
nada grave, aun así se sorprendieron bastante al ver la actuación
de Sasuke.

El cachorro negro se tumbó y vio, entre sus
patas delanteras, como aquel pequeño  bebe no tenía ninguna herida
grave, pero aun así se percato que este sentía dolor.

Sasuke: “Mierda, ¿que hago? Si ese imbécil de
Mineko no le hubiera golpeado, siempre anda molestandome” 

Sasuke no sabía que hacer para consolar a Naru
y alivianar un poco su dolor, así que lo apretó un poco contra su
pecho con una de sus patas. El pequeño Naru sentía el confortable
calor que aquel león negro le proporcionaba, y empezó a ronronear,
acariciando su cabeza con el azabache pelaje. Sasuke sintió algo de
confor y vergüenza al oír el ronroneo de aquella pequeña bolita
amarilla, pero su cara seguía seria como si nada de aquello le
importase lo más mínimo.


UN AMOR FIERO Y EXOTICO

Capítulo 1: Una nueva raza.

En un lugar donde el sol castiga fuertemente a la tierra, y se pueden divisar los mares de la fina arena dorada, con olas creadas por los suaves vientos; esos lugares en los cuales todo es seco, pero a la vez se puede encontrar sitios frondosos poblados por exótica plantas, allí es donde todo empieza.

En medio de la nada de aquel desierto, existía un castillo, estaba abandonado por cualquier ser humano, y se podía apreciar a simple vista como había zonas derruidas, creadas hace un tiempo por alguna guerra o invasión.
Pero ese castillo con el tiempo no estaba del todo abandonado...

…: ¡Señor, la guardia real de los cielos a divisado a un grupo acercándose a nosotros!

…: Gracias Reny, dile a Nyoko que se quede junto a los niños dentro del castillo, y reune a todos los demás generales junto con la sabia en la entrada.

Reny: Sí, señor.

Fue veloz e impartiendo las ordenes que su señor le había dictaminado, mientras este, se quedo de pie, pensativo, mirando por una de las ventanas hacia el amplio desierto.

…: Esperemos que no ocurra nada malo, no quiero más desgracias.

El rey y todos los generales se situaron en la entrada del castillo. A los lados de esta crecían dos enormes árboles, donde el ejercito alado se escondía, vigilando cada movimiento. Poco a poco un grupo se fue acercando. No tenían pinta de querer luchar, y se apreciaba en ellos un aire un tanto majestuoso.

Hubo un momento en el que ya los dos grupos estaban uno frente al otro. El que parecía el líder empezó a hablar.

…: Mi nombre es Zeev.

Seguida mente se presento el rey del castillo.

…: Me llamo Hitsuro, ¿que trae a tu manada hasta mis dominios?

Zeev: Nuestro grupo vivía en paz en un oasis, al igual que vosotros, pero los humanos nos atacaron de improvisto, invadiendo nuestro hogar, llevamos varios días caminando, e intentando buscar un sitio en el que vivir, y por lo visto hemos llegado hasta aquí.

Su voz era grave y rotunda, pero no amenazadora. Aquella manada de leones tenia un pelaje y una piel oscura, todo lo contrario que los del castillo, que eran dorados como el sol y la arena de aquel lugar.

Zeev: No venimos a pelear, solo queremos un lugar donde vivir, incluso nos podemos marchar en unos días, y seguir con nuestra búsqueda.

Sin que ninguno de los dos grupos se percatara un pequeño bebe cachorro se acercaba corriendo hacia ellos, y jugueton, dio un salto desde las piernas de su padre, y se puso enfrente del grupo de melena oscura.

Hitsuro: ¡Naru!

El pequeño cachorrillo no atendió a la voz de su padre, y miraba curioso a esos leones de piel oscura, que nunca había visto; le atrajo sobretodo un pequeño león algo más grande que él. El cachorro negro vio como aquel bebe se quedo parado mirándole, y le gruño intentando intimidarlo. Pero el cachorrillo no tubo miedo alguno, en cambio se puso a jugar con su negra cola, intentando capturarla.

Zeev: Parece que le has caído bien al pequeño.

Dijo divertido su padre.

Sasuke: No quiero caerle bien.

Sasuke echo al pequeño aun lado con su pata, sin usar demasiada fuerza, quedando sus patas hacia arriba. Sasuke quería que le dejara en paz, pero el cachorro se quedo en esa pose de sumisión y ronroneando. Al verlo el cachorro negro sintió algo cálido en su corazón, pero intento ignorarlo.

Hitsuno cogió a su pequeño y juguetón Naru, pero este al ser agarrado comenzó a gimotear. La leona sabia de mediana edad, comenzó a hablar.

Killa: Señor, creo que lo que el pequeño Naru quiere decirnos, es que lo mejor sería unir nuestros clanes, si usted esta de acuerdo por supuesto.

Zeev: Para mi sería una gran dicha unir nuestros clanes y poder vivir en este gran palacio.

Hitsuro: Estoy de acuerdo, no podría dejaros vagar por el desierto y que muráis, además siempre es bueno tener más aliados con nosotros ¿Verdad Naru?

Naruto: ¡Kyuu!

El pequeño que apenas sabía aun algunas palabras hizo un sonidito muy tierno de alegría.

Hitsuro: Seguidme.

Les indicó, para que entraran en los dominios del palacio. Naru corría divertido entre las patas de los leones, temiendo estos pisarlo por un descuido. De uno de los grandes árboles salió una enorme águila, del mismo tamaño que los leones. La manada oscura se puso alerta, pero la única general hembra, con voz serena, los calmó.

Kiwa: Esta con nosotros, no os atacara.

El águila abrió sus zarpas y cogió al vuelo al pequeño Naru.

Hitsuro: Gracias Tsubasa.

El águila hizo un movimiento con la cabeza en gesto de respeto, y subió, mientras volaba, al pequeño Naru a su espalda.

Tsubasa: Naru eres demasiado imprudente.

Naru: ¡Kyuu!

El pequeño no entendía, simplemente estaba feliz de poder sentir el aire sobre su piel, todo aquello era muy divertido. Tsubasa seguía a la manada desde arriba.

Hitsuro: El castillo es muy amplio, pero no pasaréis calor ni frió.

Yuna: Te agradecemos tu hospitalidad.

Hitsuro: No hay de que.

Zeev: Ella es mi esposa Yuna, y con el que jugaba antes tu hijo, era nuestro primogénito Sasuke.

Yuna: Es un placer.

Sasuke: Encantado.

Hitsuro: Igualmente.

Hubo un gran silencio, y solo se escuchaban los pasos.

Hitsuro: Naru no tiene madre, murió hace unos días a causa de una enfermedad, un humano le lanzó algo y la mató.

Zeev: Nosotros tuvimos mucha suerte y no murió nadie, pero tiene que haber sido un duro golpe.

Hitsuro: Así es, pero tengo a Naru, él es lo más importante para mi.

Zeev: Tu pequeño es muy alegre y puro.

Hitsuro: Sí.

Se podía apreciar como el rostro serio de Hitsuro por la muerte de su esposa, se iluminaba al mencionar a su pequeño hijo. Entraron por una gran puerta dentro del castillo, los pasillos eran amplios y de techos altos, caminaron por ellos hasta llegar a una habitación.